Mi compañero

Has sido mi compañero más fiel, la luz que ha iluminado todos mis caminos, la llave de todas las puertas que se han cerrado en mi cara y el trampolín que me ha ayudado a saltar sobre los obstáculos más difíciles. Sólo sabe tu valor quien coge de tu mano y hace de ti no solo un compañero si no parte de él. Me has sacado sonrisas que pensé que nunca volvería a ver en el espejo, me has animado en los momentos más oscuros de mi vida, sin esperar nada a cambio, sin intereses y sin reclamaciones.

Eres la guía para muchos, no hay boca que te pronuncie y no desee hacerlo de nuevo. No hay oídos que te escuchen y no deseen escucharte eternamente. No hay un corazón que muera teniéndote a ti dentro de él. Eres como aquel amigo al cual si le eres fiel y lo acompañas con sinceridad te muestra lo más oculto y maravilloso de él. Ocultas maravillas y gracias a cada letra que te forma has rectificado muchos pasos haciendo que sigan un camino mejor. Nos iluminas en vida, nos acompañas en ella, nos guías, nos reconfortas y haces de nosotros mejores personas. Incluso al
morir no nos abandonas, sigues en tu hogar, en nuestro corazón. Iluminas nuestra tumba y haces de ella un paraíso.

Nos abandonarán todos nuestros familiares, los amigos a los que hemos querido y nos han jurado pleno amor en la vida, pero tú, tú no te irás, tú no nos abandonarás. Estarás junto a nosotros cogido de nuestra mano hasta llevarnos a nuestro destino eterno: el Jannah.

Para muchos eres un simple libro, para muchos un objeto decorativo y para otros un acompañante temporal. Ojalá supieran lo grande que eres, ojalá todos te abrieran sus corazones y te dejasen vivir en ellos.