Artículo de Seyma Aarab

Día internacional de la mujer trabajadora

(HOAC)

“Un pequeño paso para el hombre, pero un gran salto para la humanidad” fue la frase  que pronunció Niel Armstrong al pisar, por primera vez en la historia de la humanidad, la superficie lunar el 20 de julio del 1969.

 

Sin embargo pocos recuerdan con exactitud el día en el que el hombre cambió realmente el curso de la historia. ¿Será por los saltos retrocedidos que, continuamente, da la humanidad? ¿O porque el ser humano no ha progresado del todo después de aquel grandioso acontecimiento? ¿Tal vez sea por el hecho de que los humanos recordamos con más facilidad los malos momentos, por muchos buenos recuerdos que guarde nuestra memoria?

Sea cual sea la razón, nuestro objetivo no es hablar de Niel Armstrong y su viaje a la luna, tampoco queremos hablar de los desastres de la humanidad, ni de la memoria humana y su gran capacidad.

Hablemos de la fecha en la que el ser humano, realmente, dio un salto hacia adelante, hacia la igualdad; hablemos del 8 de marzo, una fecha que ha sido tatuada en el alma de la sociedad.

El 8 de marzo es el Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Una fecha importante para conmemorar a todas aquellas mujeres valientes y emprendedoras que susurraron cuando no se les permitía hablar y gritaron cuando las intentaron callar.

La razón por la cual el 8 de marzo permanece en la memoria de la sociedad, a diferencia de otros hechos históricos, es porque la lucha por la igualdad aún no ha terminado. Todos los días, miles de mujeres combaten la desigualdad y luchan para mantener sus valores, su dignidad apoyando y educando a otras mujeres. Porque una mujer educada, es más poderosa que un hombre armado.

Como dijo el estadounidense Brighman Young: ‘’Educa a un hombre y educarás a un hombre, educa a una mujer y educarás a una generación’’.