CIENCIA | TECNOLOGÍA

Hablemos de Inteligencia Artificial

La inteligencia artificial (IA) está al orden del día, sería extraño y sorprendente que a día de hoy todavía quedaran personas que teniendo acceso a internet no hayan escuchado hablar de esta tecnología. ¿Quién no ha oído hablar del Google Car, un coche que ya ha recorrido 1,6 millones de kilómetros sin conductor? ¿O de Sophia, el primer robot con ciudadanía? ¿O del algoritmo de IA que ha leído todos los libros de Harry Potter y hasta ha escrito un nuevo capítulo? 

 

Hablemos de Inteligencia Artificial

De hecho, solo en los dos últimos días han salido varias noticias relacionadas con este fenómeno. El más destacado son  los últimos avances del equipo de Google Brain, un proyecto que analiza cómo la inteligencia artificial puede mejorar la vida de las personas y ayudarlas a ser más creativas, entre muchas otras aplicaciones, y que acaba de desarrollar el primer sintetizador (Instrumento musical electrónico) (Google NSynth Super) basado en esta tecnología, capaz de crear sonidos nuevos a través de sonidos ya existentes. Pero la noticia que llamó mi atención fue la última declaración de Demis Hassabis, Co-fundador y CEO de Google DeepMind, en la cual alertaba sobre el riesgo de la Inteligencia Artificial. Dijo Hassabis sobre la IA que es una “herramienta increíble para acelerar el descubrimiento científico” y que “será una de las tecnologías más beneficiosas para la humanidad de todos los tiempos”. Sin embargo, recalcó : “que tenga buenas o malas consecuencias depende de cómo decida la sociedad desplegar esta tecnología”. 

Antes de adentrarnos en las malas y buenas consecuencias que pueda tener la IA, vamos a aclarar este concepto que viene envuelto en una nube de confusión y de malos entendidos. Ello es producto de nuestro desconocimiento y del efecto que ha tenido sobre nosotros la ciencia ficción y los capítulos de Black Mirror a las 4 de la madrugada. 

¿Qué es la inteligencia artificial? ¿La tecnología que nos va a reemplazar en nuestros puestos de trabajo? ¿Algoritmos que nos van a solucionar la vida? ¿Robots cual Terminator que van a tomar el control del planeta y van a acabar con la raza humana? ¿La principal razón por la cual debamos empezar a plantearnos seriamente el tema de la renta mínima? 

Pues, ni una cosa ni la otra. La Inteligencia Artificial, según el Oxford Dictionary, es el desarrollo de sistemas informáticos que pueden realizar tareas que normalmente requieren inteligencia humana, como la percepción visual, el reconocimiento del habla, la toma de decisiones y la traducción e interpretación. Es la habilidad de un programa o máquina para aprender (Machine learning) y pensar de forma autónoma. 

Las cuestiones que nos pueden surgir tras acercarnos a la IA de forma superficial pueden ser, ¿si es una buena tecnología? ¿Si nos va a ser útil? Etc. Aunque, desde mi punto de vista, la cuestión fundamental ha de ser: ¿Qué uso haremos de la IA? Y ¿Cómo afectará dicho uso a la humanidad? 

Ya no viene a cuento preguntarse si aceptaremos la IA o si conviviremos con ella, porque ya lo hacemos, diariamente utilizamos dispositivos y tecnologías que la tienen como base. Cuando interactúas con Siri estás usando IA, cuando Amazon te recomienda que compres la GoPro HERO5 que llevas tiempo deseando, es porque está usando un algoritmo de IA que “adivina” tus gustos. Cuando en Facebook te salen 6 memes seguidos de 9GAG en vez de una publicación de Nature, es porque Facebook sabe qué contenido te interesa, y lo sabe gracias a la IA. Pero la IA va más allá que esto, su crecimiento es vertiginoso y los campos que está conquistando nos deslumbran y nos asustan a la par. Son muchos los científicos que nos alertan de los riesgos de la IA, entre ellos el ya fallecido y la gran mente de este siglo:Stephen Hawking. El científico declaró en una entrevista del 2014 para la BBC que el desarrollo completo de la inteligencia artificial podría ser el fin de la raza humana. 

En oposición a esta opinión tenemos la de Rollo Carpenter, quien al igual que muchos otros científicos, cree que mediante la IA lograremos solucionar gran parte de los problemas mundiales. Y la de Jerry Kaplan, experto en Inteligencia Artificial, quien declaró que «al menos en un futuro previsible, no hay nada de qué preocuparse. Los robots no van a levantarse contra nosotros, son meras herramientas que hacen nuestro trabajo sucio». 

Las aplicaciones de la IA son muchas y muy variadas, aunque ocasionalmente se la suele relacionar con el comercio electrónico, donde la IA agiliza procesos, mejora la logística y analiza al consumidor mediante Deep learning.

     

Últimamente, se habla y se investiga mucho sobre otra aplicación de la Inteligencia Artificial enfocada al ámbito de la salud. Una aplicación que en general interesa a todo el público porque su efecto, y a veces su necesidad, suelen percibirse más. La aplicación de IA en el cuidado de la salud puede representarse de varias maneras, entre ellas, destacan las soluciones algorítmicas que conforman el campo en el que más se ha profundizado hasta el día de hoy. 

Para visualizar este avance, imagina un paciente en una consulta y un médico que tiene varios tratamientos como opción para ese paciente. Mediante los datos que se le otorguen al sistema informático, el algoritmo de IA realizará una búsqueda en su base de datos compuesta por cientos de tratamientos alternativos con evidencia científica, y recomendará la combinación más adecuada de estos tratamientos para ese paciente. 

La otra aplicación de la IA en el ámbito de la salud son las herramientas de visualización. Se están desarrollando softwares de reconocimiento visual de patrones, que pueden almacenar y comparar decenas de miles de imágenes mientras utilizan técnicas heurísticas y que son entre 5% y 10% más precisos que el médico promedio. Uno de los objetivos futuros es la ampliación de este porcentaje de precisión. 

Un estudio de la universidad de North Carolina publicado en el 2012 descubrió que entre el 50% y el 63% de las mujeres estadounidenses que se hacen mamografías de forma regular durante 10 años recibirán al menos un ''falso positivo'' (resultado de prueba que indica erróneamente la posibilidad de cáncer y que requiere la realización de pruebas adicionales). La combinación de una tecnología basada en IA con el diagnóstico del médico reduciría dicho porcentaje. 

Como vemos, la IA tiene una utilidad fácilmente identificable, y hasta ahora está siendo una herramienta accesoria de gran ayuda y soporte. Los temores que nacen con respecto a esta tecnología en muchas ocasiones están basados más en la ciencia ficción que en la realidad. Y aunque sí es cierto que el avance es rápido, tan rápido que no estamos siendo capaces de alcanzarlo y asimilarlo, este avance trae consigo más ventajas que riesgos. ello, esto no debe impedirnos reflexionar sobre el futuro de la inteligencia artificial y la humanidad, sobre el uso que haremos de ella y la ética que debe cumplir. ¿Debemos dejarlo todo en manos de sistemas computarizados? ¿Quién se responsabilizará de los errores que tengan estos sistemas? ¿Podrán las máquinas desarrollar una inteligencia superior a la humana? ¿Llegará el día en el que perdamos el control sobre estas máquinas? ¿Debemos aceptar esta inteligencia como una nueva forma de vida? ¿Llegarán estas máquinas a desarrollar algún tipo de consciencia, un lenguaje propio que no podamos entender? Las incógnitas son muchas y todos los expertos están intentando encontrarle respuesta a estas preguntas, los ensayos sobre la filosofía y la ética de la IA están en auge. Pero la deliberación sobre estos asuntos ha de ser una labor común entre toda la sociedad. De nosotros depende que la Inteligencia Artificial sea una tecnología que solucione los problemas de la humanidad y no una fuente de preocupación. Como dijo Elon Musk, “La IA será la mejor o la peor herramienta para la humanidad, así que hagámoslo bien”. 


Fuentes: 

Cellan-Jones Rory. (2014). Stephen Hawking warns artificial intelligence could end mankind. BBC.  | López Sanchez Gonzalo. (2017). Jerry Kaplan: «Los robots no van a levantarse contra nosotros, son meras herramientas». ABC.  | Pearl Robert. (2018). Artificial Intelligence In Healthcare: Separating Reality From Hype. Forbes.   | DeFrank, J. T., Rimer, B. K., Bowling, J. M., Anne Earp, J., Breslau, E. S., & Brewer, N. T. (2012). Influence of false-positive mammography results on subsequent screening: do physician recommendations buffer negative effects? Journal of Medical Screening, 19(1), 35–41. http://doi.org/10.1258/jms.2012.011123 

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