Artículo de Gufran Muñoz

El rincón de las lectoras

Hablar de la mujer en el islam tiende a desatar la polémica, y más si nos situamos  en el contexto de un país occidental, como España, donde el flujo migratorio ha sido un factor muy relevante en el pluralismo cultural y religioso de nuestra sociedad.

 

El rincón de las lectoras

Ciertamente la integración de la mujer musulmana se ha ido convirtiendo en una realidad a lo largo de las dos últimas décadas en la mayoría de los países democráticos, a pesar de que queda  mucho camino por recorrer, en lo que respecta a la asimilación de muchos sectores de la sociedad.

En efecto a la mujer musulmana se le han abierto muchas puertas, puede trabajar en todos los servicios públicos pero todavía se limita demasiado la participación de nuestro colectivo en buena parte de los servicios privados.                                            

Nos encontramos ante una gran contradicción que se vive en esta sociedad,  ya que la base de la democracia es el respeto a la diversidad y a las distintas ideologías así como la libertad de expresión, y sin embargo,  el hecho de que una mujer musulmana tema la reacción hostil de la sociedad, o como es el caso típico, el miedo a que se le reduzcan las posibilidades laborales simplemente por mostrar su identidad, indica la falta de tolerancia que aún persiste en muchas capas de la sociedad española.

Otro punto que hay que tener en cuenta es el papel que juegan los medios de comunicación, contribuyendo a dar una mala imagen de los musulmanes en general y en especial de las mujeres a las que se les considera sumisas o incapaces de decidir por sí mismas ,cuando no, son víctimas de agresiones racistas y xenófobas. Según la plataforma ciudadana contra la islamofobia del año 2016 de 573 incidentes el mayor porcentaje pertenece a las mujeres musulmanas (14,14%), víctimas de ofensas calumnias e insultos islamófobos.

Puedo decir que este fenómeno se ha ido agravando a partir de la crisis económica de los últimos años en la que los sectores más incultos de la sociedad española debido a que se les ha inculcado el prejuicio de que los inmigrantes, los cuales asocian con los musulmanes, vienen a quitarles el trabajo y demás oportunidades económicas y laborales y convirtiéndose así (según sus prejuicios) en los únicos receptores de ayudas sociales en detrimento de la población autóctona.

Como musulmana española y como mujer, yo decido como cubrir mi cuerpo en mayor o menor proporción y esto no debería influir negativamente en la sociedad, ya que lo único que hago es decidir sobre mi cuerpo                             Es un error intentar excluir un colectivo como el colectivo musulmán, que cada vez es mayor en España; pienso que lo ideal sería que en vez de darle tanta importancia a falsos prejuicios deberíamos aprovechar esta diversidad cultural para lograr un gran enriquecimiento dado que la variedad es riqueza.

A pesar de las adversidades, la mujer musulmana debe luchar en esta sociedad por conseguir el puesto que le pertenece. Estos tipos de retos son los que nos hacen más fuertes.

 

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