HÁBITOS SALUDABLES: El ayuno y la salud, ¿qué dice la literatura?
Los musulmanes ayunamos desde el amanecer hasta el ocaso durante el sagrado mes de Ramadán, el noveno mes según el calendario lunar; siendo el ayuno de este mes, el cuarto de los 5 pilares básicos del Islam. La duración del ayuno varía entre 13 y 18 horas/día. El ayuno incluye la evitación de beber líquidos, comer alimentos, fumar, entre otros comportamientos.
Ya llevamos la mitad de Ramadán, ¿qué dieta estamos llevando? ¿Cómo nos sentimos? ¿Más cansados o con más energía? ¿Por qué?

¿Alguna vez te has preguntado cuáles pueden ser los beneficios del ayuno descubiertos hasta ahora? ¿Hay artículos científicos sobre el ayuno islámico y sus beneficios? ¿Acaso es siempre beneficioso?
El objetivo del siguiente artículo es revisar la literatura sobre el ayuno islámico y sus efectos sobre la salud humana, así como sugerir una serie de recomendaciones para que sea fuente de salud para todas.
El Ramadán difiere de otros modelos de ayuno, ya que este es intermitente, es decir, cesa la ingesta de alimentos, fluidos y sales durante el periodo diurno, al que sigue una fase nocturna de ingesta calórica e hidroeléctrica.
Desde un enfoque evolutivo el ayuno intermitente es básicamente hacer lo que hemos hecho durante casi toda nuestra historia y para lo que nuestro cuerpo está diseñado: comer cuando haya disponibilidad y alimento, y no comer cuando no haya. Pitágoras, por ejemplo, exigía a sus alumnos acudir en ayunas a clases e Hipócrates y Platón también fueron grandes defensores de esta práctica por los beneficios que asociados a ella.
Hay varios estudios sobre el efecto del ayuno en la salud, entre ellos, en 2016, se realizó una revisión sobre el efecto del ayuno del Ramadán en varones normotensos (con la tensión arterial dentro del rango de normalidad), cuyos resultados muestran que el ayuno intermitente tiene un efecto hipotensor en varones normotensos, (con una caída promedio de 8/3 mmHg) como se ha demostrado en modelos animales y en cierta población humana. https://doi.org/10.22038/jfh.2016.7379
En otro estudio, se midieron factores bioquímicos séricos, incluyendo glucosa sanguínea, ácido úrico, albúmina, lipoproteína de baja densidad (LDL), lipoproteína de alta densidad (HDL), colesterol total y triglicéridos (TG) en todos los participantes al comienzo y al final del Ramadán. Después de un mes de ayuno, se observó una reducción significativa en los niveles medios de glucosa en sangre, ácido úrico, TG y LDL (P <0.05) (colesterol malo). Por otra parte, los niveles medios de colesterol total y HDL-colesterol (colesterol bueno) tuvieron una disminución insignificante, mientras que el nivel medio de albúmina aumentó significativamente al final del Ramadán. El ayuno podría reducir el colesterol en la sangre y el ácido úrico, al tiempo que mejora el nivel de albúmina en adultos sanos.
Otro estudio hizo una revisión del impacto del ayuno de las distintas religiones en la salud humana, encontrándose valores similares y efectos favorables en varios resultados relacionados con la salud, que incluyen: presión arterial, lípidos en sangre, sensibilidad a la insulina y biomarcadores del estrés oxidativo.
Un Estudio sobre los efectos del ayuno sobre los factores de riesgo cardiovascular concluyeron que este mes es una buena oportunidad para controlar y prevenir la diabetes, la hipertensión, la hiperlipidemia y quizás la masa de grasa corporal como los principales factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares.
En 2015, se realizó un estudio sobre la evaluación del impacto del ayuno en Ramadán en el estilo de vida; se vio que durante este mes se realizan menor número de comidas con un intervalo más corto entre ellas.
En cuanto a la adicción a sustancias, se observó que en días normales se fuma una media de 2,2 cigarrillos al día, inhalándose así una media de 0,3 gramos de tabaco por día, mientras que durante el Ramadán este número se reduce a 1,61 cigarrillos diarios, inhalándose 0,15 gramos de tabaco. También se observó una disminución del consumo de bebidas excitantes (té, café).
¿Qué hay de las personas que sufren algún tipo de patología?
En las normas islámicas, los pacientes y aquellos para quienes el ayuno puede tener importantes riesgos para la salud están exentos del ayuno durante el Ramadán. Por ejemplo, los pacientes diabéticos deben conocer las recomendaciones físicas para ayunar. Así como aquellos que deben tomar medicación.
Aunque, ¿sabías que existen centros de terapia mediante el ayuno?
Aplican lo que es llamado la ayunoterapia, y al parecer en estos centros médicos la utilizan incluso como terapia adyuvante o complementaria del cáncer. En la terapia contra el cáncer, el ayuno sólo se ha aplicado hasta hoy día en fases no agudas de la enfermedad, principalmente como prevención del cáncer o de reapariciones del tumor. Con las recientes publicaciones de Valter Longo, profesor de gerontología y biología en la Universidad de California del Sur, la aplicación de la ayunoterapia gana un nuevo significado, incluso en el tratamiento del cáncer agudo.
Según un estudio publicado por el Profesor Longo, el 8 de febrero de 2012 en la revista "Science", en experimentos con animales, cortos períodos de ayuno son tan eficaces como la quimioterapia para combatir ciertos tipos de cáncer.
Este estudio muestra que la combinación de dos aplicaciones terapéuticas, el ayuno y la quimioterapia, ofrece los mejores resultados. El Profesor Valter Longo, autor principal de la investigación, afirma que “el ayuno es una pesadilla para las células cancerosas". De hecho, disminuye la concentración de glucosa, principal suministradora de energía de las células cancerosas, y de insulina en los tejidos del paciente que ayuna. Esto lleva a una disminución del IGF-1, un factor de crecimiento del tumor, y hace que la célula cancerosa sea más vulnerable a la quimioterapia. Las células sanas, sin embargo, poseen un metabolismo de ayuno: son capaces de utilizar la propia grasa corporal como combustible de sustitución de la glucosa, creando de esta forma un ambiente protector. (Véase fundación María Buchinger Foundation, lista de publicaciones del Prof. Valter Longo, Prof. Yvon Le Maho y Dra. Françoise Wilhelmi de Toledo.
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El Ramadán es sin duda alguna un estilo de vida diferente con diferentes hábitos alimenticios, lo que influye en la actividad diaria, el estado de ánimo, incluso en la incidencia de ciertas patologías si no se realiza una correcta higiene de vida y una correcta planificación.
Por ello, a pesar de sus innumerables beneficios, nos podemos encontrar con algún efecto adverso en caso de no llevar un estilo de vida saludable. Es decir, para que el efecto sea favorable hay que tener en cuenta una serie de recomendaciones. Me centraré en ciertos aspectos proféticos, ya que considero, que son la mejor opción para hacer del Ramadán un mes de renovación tanto físico, como mental y espiritual.
Por ello, hay que tener en cuenta los consejos que nos dio el Profeta Muhammad (sws) a través de la Sunna:
✔ HIDRATACIÓN
✔ Romper el ayuno con dátiles y un vaso de agua o leche; fruta completa (fibra).
✔ Comer alimentos que hidraten el cuerpo; para facilitar la ingesta de frutas y verduras, existe la opción de preparación de smoothies, batidos o sopas de verduras.
✔ Evitar los fritos y los alimentos ricos en azúcares: Si haces samosas o empanadas hazlas al horno. Las frituras tienen un alto contenido de aceite y son más difíciles de digerir. Tras un día entero de ayuno, lo último que necesita nuestro cuerpo son dulces procesados, y grasas saturadas; ¿por qué no sustituirlo por fruta? ¿Unos dátiles?
✔ NO EXCEDERSE. NO A LOS ATRACONES. Respeta el proceso de reactivar el estómago y todo el sistema digestivo.
✔ Evita la comida basura: ¿Cómo tener energía para todo un día de ayuno si la comida que ingerimos no nos aporta ningún nutriente?
✔ Cuando finalice el mes de Ramadán procura seguir buenos hábitos de alimentación, ya que el cuerpo se ha depurado.
Alimentos recomendados:
Si quieres más información sobre los últimos estudios sobre los efectos del ayuno en la salud humana, existe una revista online llamada, ‘’Journal of Fasting and Health’’
Está comprobado que una acción se convierte en hábito en 21 días; el Ramadán supone un mes entero de cambio de hábitos. ¡Aprovéchalo! ¡Nunca es tarde!
BIBLIOGRAFÍA
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