Barritas energéticas (Sin horno)

Siempre me ha gustado cocinar. Cada vez que he necesitado evadirme del trabajo o de problemas personales he encontrado en la repostería el momento de silencio y relax que buscaba. Cuando me fui a Malawi no tenía ni veinte años y chapurreaba un inglés muy básico que sólo me servía para comunicar lo mínimo. Me sentía sola. El tiempo que no pasaba trabajando o estudiando lo dedicaba a cocinar dulces para poder compartir con mis compañeros, creyendo firmemente que el chocolate era siempre un buen sustitutivo de: “Hola, me gustaría ser tu amiga”.
Funcionó.
También aprendí, en ese silencio, que la cocina se trata de elegir conscientemente los ingredientes que utilizamos, sabiendo de dónde vienen y cuáles son nuestras verdaderas necesidades nutricionales. Eso me llevó a pensar en el sentido de la responsabilidad, inherente al Islam. Vivimos en un mundo en el que consumimos muchas veces de forma mecánica; llevamos un ritmo de vida que no nos deja frenar para pensar en lo que comemos.
Al cocinar nuestros dulces, nuestros caprichos, empezamos a valorar el tiempo, el esfuerzo, y al mismo tiempo nos replanteamos el uso de ingredientes más respetuosos con nuestro cuerpo, el medio ambiente y los demás.
Ahora cocino porteando a mi hija de siete meses. Ella se lo pasa bien mirándolo todo con curiosidad, y yo me lo paso genial tratando de adaptar las recetas dulces que me gustan a versiones saludables. Y disfruto llevándoselas a mis amigos o comiéndomelas con mi marido después de un día de trabajo duro.
Me encantaría compartir con vosotros una receta muy simple de barritas energéticas.
INGREDIENTES:
-
Dos tabletas de 125 gramos de chocolate puro sin azúcares y con Stevia. Yo trato que sea completamente puro y le añado la stevia por mi cuenta, pero podéis encontrar fácilmente tabletas de la marca “Valor”, o también “Hacendado” o “Carrefour” edulcoradas.
-
400 gramos de almendras crudas (también se puede hacer con cacahuetes).
-
Quinoa hinchada (o arroz hinchado). Lo suelo encontrar en herbolarios a muy buen precio.
-
Coco rallado (opcional) para ponerle por encima.
-
Molir las almendras hasta que quede una textura de mantequilla. Esto lleva tiempo, así que quizá os merezca la pena comprar mantequilla de almendras sin azúcares añadidos, o mantequilla de cacahuetes.
-
Fundir el chocolate “al baño maría”.
-
Se mezcla el chocolate con la mantequilla y se bate bien.
-
Se añade la quinoa hinchada y se remueve hasta que quede una textura uniforme.
-
Verter la mezcla en un molde rectangular.
-
Esparcir coco rallado por encima.
-
Dejar en la nevera unas horas.
-
Cortar en rectángulos y almacenar en un lugar fresco y seco.
¡Espero que os gusten!